Un robo en Necochea, una intervención telefónica y un botón antipánico por el abuso sexual de la ladrona. Todo se unió para revelar la identidad de los violentos asaltantes.
Mauricio Benítez y Anahí Díaz asaltaron a una mujer de 65 años en su casa de Hernandarias al 4000 el 27 de octubre de 2017.
Una semana y media antes del violento asalto, Mauricio Benítez había viajado hasta Necochea. En compañía de otras personas perpetró un robo en un comercio de esa localidad y pese a que escapó su identidad quedó retenida por las cámaras.
El sistema cerrado de video del local captó la fisonomía de uno de esos ladrones y una serie de averiguaciones posteriores lograron darle un nombre y apellido: era Benítez. La Justicia de Necochea solicitó la intervención telefónica del número usado por Benítez y empezó a efectuar escuchas casi en tiempo real.
En uno de esos audios, sorprendentemente (o no tanto), los operadores judiciales descubrieron el asalto del día 27 de octubre y lo comunicaron a la Justicia de Mar del Plata.
El fiscal Moyano pudo así determinar, a prima facie aunque sin margen de duda, que el asaltante era Benítez, pero le faltaba determinar quién era la mujer.
Lo primero fue establecer si Benítez tenía pareja y esa pregunta tuvo como respuesta Anahí Díaz. Luego se investigó el número entrante de esa comunicación y entonces surgió el asombroso anteúltimo: ese número lo tenía registrado la Justicia como referencia de un botón antipánico entregado meses antes.
Se supo entonces que Díaz había sido víctima de un abuso sexual y que había pedido ese instrumento de protección.
Pero lo inconcecible para las autoridades fue que ese mismo teléfono vinculado al botón antipánico resultó utilizado para un violento e inescrupuloso asalto contra una jubilada.
Díaz y Benítez fueron detenidos poco tiempo después, y quedó al descubierto el último increíble dato: ambos vivían frente a la mujer asaltada. En la misma cuadra.
Ambos fueron condenados por el Tribunal Oral N° 1 a 7 años y 6 meses de cárcel.